‘At the other side of technology’ apela a la responsabilidad de los consumidores occidentales

‘At the other side of technology’ apela a la responsabilidad de los consumidores occidentales

La película de José Prieto y Leonardo Llamas recorre en MiradasDoc el vertedero de residuos tecnológicos más contaminado del mundo, en Ghana

At the other side of technology, de José Prieto y Leonardo Llamas (29’ / 2016 / España), es una película que nace de la colaboración entre dos amigos que, por las cosas de la crisis, decidieron vivir fuera de España: José, en Irlanda y Leonardo, en Ghana. Al documentarse para llegar algo informado al país africano, Leonardo encontró un documental en el que se hablaba del circuito de los productos electrónicos, desde la extracción del coltán hasta el retorno de residuos a países del sur.

“Leonardo acabó la carrera de Arquitectura y, en vez de buscar trabajo en España, se fue al extranjero. Llegó a Ghana, para construir una escuela y un hospital con una ONG. Una vez allí, encontró el vertedero de productos electrónicos en Accra, la capital de Ghana. Me propuso el tema para hacer un documental, porque yo quería acercarme al cine, por eso mismo había estado trabajando en el festival de Cine y Derechos Humanos de Barcelona”, explica José Prieto.

“El vertedero nos impactó muchísimo”, revela Prieto. El suburbio de Agbogbloshie, en Accra es el destino final de muchos dispositivos electrónicos inservibles procedentes de los países desarrollados. “En realidad esto no ocurre solo en Ghana, también se trasladan a México y a otros países del sur”, precisa. El desmantelamiento de los equipos es el trabajo al que se dedican la mayor parte de los 20.000 habitantes de la zona, una labor en la que se exponen cotidianamente a materiales altamente tóxicos. A ello se suma la descomposición ambiental que domina todo el entorno, lo que hace de Agbogbloshie uno de los lugares más contaminados del mundo.

Licenciado en Filología Inglesa, Prieto aceptó la invitación de su amigo para trasladarse hasta el país africano y grabar el documental. Antes de rodar, durante seis meses, sin cámara, Leonardo, que vivía cerca del vertedero, lo había recorrido varias veces y había identificado a los personajes, con los que trabó amistad. “Conoció a los protagonistas del documental. Fue creando confianza durante meses. Al final se hicieron amigos y esa relación nos permitió hacer las entrevistas”, dice el director, que es quien ha presentado su película en MiradasDoc. Así, finalmente, tres habitantes de Agbogbloshie, inmigrantes del norte de Ghana y pertenecientes a la minoría Dagomba, son los que cuentan su historia en el documental.

“Leonardo y yo formamos un equipo de dos personas”, que se hicieron cargo de todo. Dado que es su ópera prima, “fue un proceso de aprendizaje bastante largo”, refiere Prieto. “Me ha fascinado la experiencia. Siempre tuve la espinita clavada de no haber estudiado cine. Había hecho un master de producción y me ofrecí a colaborar en el festival para hacer subtítulos, para estar cerca del cine. Después me involucré más en el festival y ahora coordino su producción. Mi intención ahora es dedicarme al cine”, sentencia Prieto.

Para José Prieto, “el documental es lo que más se aproxima a la gente, donde más se llega al corazón de las cosas y al cariz más humano de los problemas que nos rodean, en los asuntos sociales. Creo que estas situaciones no se pueden abordar de la misma manera en la ficción y que los mejores personajes que se pueden ver en pantalla son estos personajes reales”.

El documentalista cuenta que Llamas y él encontraron mucha información en la que el asunto de los residuos tecnológicos se abordaba “siempre ha sido desde un punto de vista occidental, con una visión muy maniquea, en la que se apunta solo a la responsabilidad de las empresas”. A juicio de los directores, “vimos que falta un retrato humano de la gente que está sufriendo el problema en el lugar, porque trabajan con estos residuos sin ningún tipo de protección. Hasta que no estás allí no eres consciente del tremendo drama medioambiental, humano y social que hay allí”, subraya.

“Todos esos productos que están en el vertedero llegan de Occidente”, aclara. “En Accra se cierra el círculo y es cuando ves que otra de las consecuencias de la globalización y del avance tecnológico. La gente en Occidente cada vez consume dispositivos más rápidos, más potentes, la sustitución de los productos va muy rápido, a una velocidad que debería correr en paralelo a la evolución de la industria del reciclaje. Ambos sectores deben ir a la par y no es así. En algún momento vamos a ver una demanda de atención fuerte para que se vea que esto no va a poder seguir así”, sentencia.

At the other side of technology pretende hacer consciente al público occidental sobre que “los hábitos de consumo son parte del comportamiento de la sociedad en su conjunto, no son solo el resultado de las políticas de las grandes empresas que generan esos productos”. Prieto insiste: “No es necesario estar siempre a la última, tirar y volver a comprar”.

El joven director confiesa que él y su amigo son “tan novatos en este mundillo…” que no se están dedicando a garantizar un recorrido de su película en el mercado audiovisual. “Muy humildemente, no me planteo nada más factible que hacerlo público en Vimeo y no sé si podrá encontrar canales de televisión”, reconoce.

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