Avi Mograbi: “Las películas no hacen una tarea revolucionaria, no cambian las mentes de personas que piensan diferente”

Avi Mograbi: “Las películas no hacen una tarea revolucionaria, no cambian las mentes de personas que piensan diferente”

El realizador israelí recibió el premio ‘Mirada Personal’ en el XI Festival y Mercado Internacional de Cine Documental MiradasDoc.

 

Avi Mograbi (Tel Aviv, 1956) es “una genial anomalía en el mundo del documental contemporáneo”, según una reciente descripción de su obra. Volcado exclusivamente en asuntos sobre la realidad social y política de Israel, el cineasta aborda con humor paisajes dramáticos como aquellos en los que se enfrentan israelíes y palestinos. Mograbi recibió este viernes el premio Mirada Personal, concedido por el XI Festival y Mercado Internacional de Cine Documental de Guía de Isora MiradasDoc. Este izquierdista declarado afirma que las películas documentales como las que él crea no son armas para cambiar el mundo, sino herramientas para cohesionar el grupo ideológico al que van dirigidas. Mograbi participa este domingo en un coloquio con el público de MiradasDoc, tras la exhibición de su película Between fences, programada para las 20.00 horas en la sala 1 del Auditorio de Guía de Isora.

-Usted emplea en sus películas herramientas como el humor y también aparece como personaje dentro de algunos documentales. ¿Cree que es esto lo que le da cierto carácter anómalo a su producción?

-Puede ser. Yo creo un personaje –que es algo que otros documentalistas también hacen–, que se supone que soy yo pero que realmente no soy yo. Yo uso mi presencia para contar cosas que pueden no ser reales pero que te pueden llevar a reflexionar sobre determinadas situaciones. En cuanto al humor, es una tendencia personal. Algunas personas lo ven todo desde una perspectiva seria y otras pueden ver la absurdidad incluso en las situaciones más graves. Yo puedo ver en muchos momentos lo estúpidas que son realmente esas situaciones o cómo pueden parecer divertidas aunque a veces sean instantes trágicos.

-En sus trabajos habla de cuestiones que parten de conflictos políticos de su país; sin embargo, sus películas no son políticas en sentido estricto, son películas que hablan de seres humanos. ¿Cree que esa es la razón por la que su trabajo interesa en todo el mundo?

-No estoy de acuerdo: yo entiendo mis películas como muy políticas, pero sí es verdad que no son panfletos ni eslóganes políticos. Yo creo que los problemas y los trasfondos políticos que hay en mis películas resuenan en otra realidad. Esa podría ser la razón por la que mis trabajos pueden ser interesantes para personas de otros lugares. Mi última película [Between fences, sobre refugiados africanos detenidos en Israel] es un caso que tiene que ver con la situación de Israel, pero actualmente el de los refugiados se ha convertido en un asunto global. Cuando comenzamos el proyecto, hace unos cuatro años, el problema de los refugiados no era tan radical, pero ahora el público europeo conecta mejor con esta película.

-¿Cómo recibe el público israelí sus creaciones?

-Es muy difícil decir cómo las recibe porque no hay manera de medirlo. No hay un canal de distribución ni se han exhibido nunca en los cines de Israel, solamente en pequeños canales temáticos por cable. Mis trabajos nunca han pasado de la sección de cine de los periódicos a la discusión social. Y al pertenecer a una pequeña izquierda israelí, lo que tengo son seguidores que conocen mis trabajos, gente de izquierdas de Israel.

-¿Tiene esperanza en la humanidad?

-Sí. Si no tuviera esperanza en la humanidad no habría venido a Tenerife, me habría ahorcado en una habitación oscura.

-Pero hoy en día tenemos que una parte de la humanidad ha hecho cosas como elegir presidente de un país a Donald Trump…

-Sí, pero unos seres humanos también eligieron a Adolf Hitler, que creo que era todavía peor que Donald Trump. La humanidad es una cosa muy compleja y las personas individualmente no se corresponden con toda la humanidad. Nos correspondemos con algunos seres humanos. Perder la esperanza en la humanidad sería perder la esperanza en mí mismo.

-¿Y el tipo de cine que usted hace puede hacer algo en pro de una humanidad más justa y feliz?

-Yo no pienso en un contexto de mejorar la humanidad. Me parece demasiado presuntuoso pensar que yo pueda saber lo que debería ser la humanidad. Yo puedo pensar cómo podría ser feliz si cambiaran las políticas del mundo. Pero en el pasado, en los primeros días de mi trabajo como cineasta, pensaba –o deseaba– que el cine podía ser parte del cambio del mundo por una vía política; sin embargo, ahora, definitivamente, no estoy seguro del papel del cine o del arte. Nosotros sabemos que el cine que hacemos les habla a las personas que están de acuerdo con nosotros. Las personas que no están de acuerdo con mi posición política no vienen a ver mis películas. Si no te gusta la ciencia ficción no vas a ver películas de ciencia ficción, y si no te gustan las películas de izquierdas no vas a ver películas de izquierdas.

-Pero a veces hay que conocer el punto de vista del contrario…

-Sí, a veces sí, pero este no es el caso de todo el mundo. A veces las personas se informan sobre posiciones con las que no están de acuerdo, pero el público en general toma distancias respecto a aquello a lo que se opone. La mayoría de las personas que ven mis películas son personas de izquierdas, son personas que ya están en el contexto de esta posición política, así que las películas no hacen una tarea revolucionaria, no cambian las mentes de personas que piensan diferente. Pero mis trabajos son importantes para darle aliento al grupo de la izquierda, que se está haciendo cada vez más pequeño. Cuando miramos al mundo vemos que la izquierda se está reduciendo: tenemos a Trump, el brexit, Le Pen… Sin embargo, para hablarles a los de fuera hay que hacerlo en la política: en los parlamentos, en las manifestaciones. La posición naif de que el arte puede hacer cambios en el campo político es un pensamiento utópico porque el arte es un ámbito más profundo, más complejo.

-¿Qué impresión se ha llevado del Festival MiradasDoc?

-Estoy muy conmovido por este homenaje que el festival le está haciendo a mi trabajo y por darme este premio. Por supuesto, cuando vi a los cineastas premiados previamente comprendí que pertenecer a este grupo de directores galardonados era el mejor complemento para mi carrera. Y el programa de MiradasDoc parece muy muy interesante; especialmente espero poder ver en estos días películas españolas y latinoamericanas.

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