‘Brothers’, una lección de vitalidad de dos nonagenarios

‘Brothers’, una lección de vitalidad de dos nonagenarios

Wojciech Staron, lejos de detenerse en el sufrimiento de la reclusión en Siberia, la huida del gulag y el regreso a Polonia de los hermanos Kulakowski, muestra el vínculo entre los dos ancianos, su relación y su cotidianidad.

 

Brothers (68’/Staron Film/Polonia), un documental del director Wojciech Staron, se detiene en la historia de dos hermanos polacos que regresan a su tierra después de 70 años de ser deportados a Siberia. Anna Waradzyn, productora de la película que se desplazó a MiradasDoc para interactuar con el público tras la proyección, explica que el film recoge casi 20 años de contacto entre el director y los hermanos Kulakowski, cuatro años de rodaje, tres de edición y 50 horas de grabación.

El resultado es una película que, lejos de detenerse en el periplo vital que lleva a Alfons, que es pintor, y Mieczylaw, cartógrafo, por varios países de la antigua URSS hasta regresar a Polonia, refleja la cotidianidad de los dos hermanos y su relación. Los hermanos dan toda una lección de vitalidad a través de sus pequeños momentos.

Según Waradzyn, ese fue el enfoque que quiso hacer el director, quien, pese a que “había material grabado para hacer una película sobre la historia, sobre la represión, sobre la pintura, decidió que a él le interesaba recoger el vínculo entre ellos, su presente y su día a día”. Por esta razón, Staron, que disponía de imágenes del pasado de uno de los dos protagonistas (Alfons) y las intercala en el documental, evita que sean el centro de la historia que llega al espectador.

Por el contrario, Brothers muestra que los Kulakowski, ya nonagenarios e instalados en un singular lugar de Polonia, no se regodean en los malos tiempos del gulag, simplemente viven, discrepando o apoyándose como todos los hermanos y resolviendo las cuitas que deben afrontar en cada momento.

La productora explica que acercarse a ellos no resultó nada complejo ni difícil: Simplemente y con los años –más de veinte de visitas– se estableció un vínculo casi familiar entre el director y los protagonistas y estos acabaron por dejar que se contara su historia.” Quizá lo facilitó el interés de Alfons por el arte y el cine, al que considera un arte”, añade.

Para Waradzyn, la vitalidad y las ganas de vivir el presente son la manera de acercarse a la felicidad de los Kulakowski y es especialmente el artista el que reclama que las cosas alegres de su existencia lleguen a la gente. En este sentido, resalta que Alfons, que nunca ha querido vender ninguno de sus cuadros y los guarda para él, no perdió esas ganas de celebrar la vida ni “cuando un incendio en su casa arrasó con 5.000 cuadros suyos”. Aún hoy continúa sacando el caballete al exterior de su casa para crear obras llenas de color.

Este trabajo de Wojciech Staron, que opta al premio al mejor largometraje internacional de MiradasDoc, deja ver la meticulosa paciencia con que el internacionalmente conocido director de fotografía aborda la historia de dos ancianos, que no son precisamente habladores. No hay que olvidar, tal y como recuerda su productora, que Staron está interesado en historias reales e intenta capturar a la gente en su totalidad.

Tal y como él mismo ha declarado: “Los elementos más importantes de un documental son las cosas que suceden ahora. El pasado es sólo una capa adicional, a la que tenemos acceso limitado. Creo que incluso los acontecimientos más trágicos del pasado no tienen tanto impacto como el presente. Hice entrevistas increíbles con los hermanos, sobre su exilio a Siberia, su encarcelamiento en un gulag… pero preferí mostrarlos en silencio hoy y buscar las huellas del pasado en la observación del día presente”.

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