Shawn Convey: “He querido contar las secuelas de la guerra de Bosnia a través de las personas”

Shawn Convey: “He querido contar las secuelas de la guerra de Bosnia a través de las personas”

El documentalista estadounidense acude a MiradasDoc con ‘Among Wolves’, una historia sobre un club de moteros y exmilitares bosnios que protege una manada de caballos salvajes amenazados

La historia del líder de un club de moteros, Los Lobos, integrado por exmilitares bosnios que tienen como principal actividad cuidar una manada de caballos salvajes amenazada y ayudar a su comunidad es la elegida por el estadounidense Shawn Convey para su primer documental. Among Wolves (91’ / 2016 / Estados Unidos), que concurre al concurso internacional de Opera Prima del Festival y Mercado Internacional de Guía de Isora MiradasDoc, se proyecta este jueves, 1 de febrero, a a las 16:00 horas en la sala 1 del Auditorio de Guía de Isora, en lo que será el estreno de su película en Europa. El director dialogará con el público que acuda a ver su película este jueves

El propósito de este documental es dar a conocer la realidad actual de la antigua Yugoslavia y las secuelas de guerra de Bosnia, pero el objetivo de su director era “contarla través de las personas” y para eso “necesitaba una historia” y “la encontré en el exmilitar que cuidaba caballos” en las mismas montañas donde había combatido.

De hecho, Convey, que ha ejercido de fotógrafo en Nueva York y Chicago durante décadas, estuvo años persiguiendo una realidad que lo convenciera. En 2004 pasó 15 días en esta zona de Europa y ya le surgió la idea. Después “investigué durante más de dos años a través de internet” y “encontré muchas historias interesantes”, por eso “trabajé duro para conseguir volver a Bosnia; cuando tuve cómo, compré un pasaje solo de ida”.

Ya instalado en el país centroeuropeo, “vi en Google una noticia sobre el hombre que cuidaba caballos” y supo que esa era la historia que podía servirle a su propósito. “Me desplacé desde Mostar hasta la pequeña localidad de Livno, sin conocer a nadie. Entré en un bar y pregunté directamente por ellos. Eso bastó. Hicieron una llamada de teléfono y a los pocos minutos ya estaban allí muchos de los miembros del club de moteros a bordo de sus todoterrenos”, cuenta.

Y a partir de ahí, contó con la disposición de los protagonistas de su película. El largometraje describe la actividad cotidiana de este grupo de hombres de una región sumergida en una crisis económica que se arrastra desde la guerra de principios de los 90 y donde la tasa de desempleo es de 70% de la población y la mayor parte de los jóvenes ha emigrado.

En Among Wolves, el hilo conductor es un exjefe militar del ejército bosnio que está convencido de que la disciplina es mano de santo para llevar a buen puerto toda actividad. Como líder del Club Los Lobos, dirige y amonesta a un grupo integrado mayoritariamente por cuarentones y donde los jóvenes son una excepción. Sin embargo, los protagonistas de este trabajo cinematográfico rezuman humanidad y la presumible rudeza de su trayectoria se diluye en sus acciones.

Los Lobos se han impuesto una misión fundamental, además de disfrutar de sus motos y de alguna que otra fiesta, cuidar una manada de caballos salvajes que menguó mucho durante la guerra porque “los mataban para comer”. Ahora, acuden a diario a las zonas donde pastan para comprobar su estado y vigilar que no están siendo acosados. La familiaridad entre estos caballos y Los Lobos es singular. Los animales se acercan a sus todoterrenos y se dejan acariciar como si estuvieran ya domesticados, pero pastan libres en un territorio que el Club escudriña periódicamente para protegerlos.

Convey centra su película en los rostros masculinos y las mujeres apenas si están reflejadas en la figura de la monja responsable de la guardería o de unas insinuantes bailarinas durante una fiesta. Sin embargo, sostiene que “la sociedad de Bosnia, es prácticamente un matriarcado, en el que las mujeres gobiernan y deciden sobre la hacienda familiar y no solo la casa” y los hombres se sienten desplazados por la ausencia de trabajo y las escasas perspectivas de futuro.

Pero, pese que a las secuelas del conflicto que están presentes incluso en la forma de expresarse de los protagonistas, su desgarro se diluye en el retrato de paisaje humano que hace el director y parece ser un acicate para dedicarse a la comunidad: hacen recolectas, reparan desperfectos en la guardería y ayudan allí donde lo creen necesario. Quizá esos caballos por los que tanto miran sean el último estabón de la patria perdida, aquella que se fue con el conflicto y a la que se aferran pese a que no le ofrece oportunidad para sobrevivir más de 25 años después de la guerra en Bosnia.

Convey tiene un nuevo trabajo en marcha, un documento de terapia de la danza y el movimiento para los supervivientes de la trata de blancas en la India. Con este proyecto también acude al Mercado de MiradasDoc.

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