09 Mar Javier Angulo: “En MiradasDoc hay un nivel que para mí quisiera yo en la Semana de Cine de Valladolid”
El director de la Seminci forma parte del jurado del festival isorano
En Javier Angulo (Bilbao, 1949) confluyen dos condiciones indisociables: lleva el periodismo en la sangre y es un apasionado del cine. Después de toda una vida en redacciones como las de Televisión Española y El País, en 2008 asumió la dirección de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci). MiradasDoc lo invitó a ser miembro del jurado del concurso nacional y de ópera prima del festival isorano, y Angulo se muestra encantado con la programación con la que se ha encontrado: “Hay un nivel de películas que para mí las quisiera yo en la Seminci para documentales a competición”.
¿Qué opinión le merece la programación de la presente edición de MiradasDoc?
Me ha sorprendido muchísimo. No conocía MiradasDoc y ha sido una gran oportunidad que agradezco. No hay más que mirar el catálogo; hay un nivel de películas que para mí las quisiera yo en la Seminci para documentales a competición. Y esto ocurre porque se nota que hay sensibilidad. Yo siempre digo que la gente que hace documentales tiene que tener sensibilidad, curiosidad, compromiso con la sociedad y una mirada limpia. Entonces, aquí hay un montón de películas que tienen eso, o sea, que están contándonos unas historias que nos están llegando, que nos están conmoviendo, porque son historias que no conocíamos. A mí esos documentales que son muy bonitos, que están hechos con grúas, con steadicams, que son muy espectaculares, son películas que no me impresionan; a mí me gusta el cine honesto, directo, sencillo, que te cuenta una historia sin manipularla, una historia que debe resultarme insólita, curiosa, rara, que no me hubiera imaginado que existía. Y aquí, en este festival, hay varias, y hay algunas impresionantes. Eso demuestra que hay sensibilidad y audacia en el que programa, y desde luego curiosidad, porque sin curiosidad no se va a ningún lado.
¿En qué lugar se encuentra ahora mismo el cine documental como herramienta de comunicación social?
Yo mantengo que ahora mismo el documental nos está contando las historias que no nos cuentan las televisiones, que no nos cuentan los medios, o que pasan de puntillas sobre ellos. Los documentales nos están contando de verdad lo que está pasando en el mundo: las luchas a nivel cultural, las peleas de clases sociales, de diferentes razas… Con profundidad, no con una lectura de titulares, por encima y en medio minuto. Entonces, a los documentales nos estamos dedicando mucha gente de todo tipo. Por supuesto, periodistas como yo, además de quienes se dedican profesionalmente al cine, pero ahí están Matt Damon, Sean Penn: actores, directores que antes hacían ficción… ¿Por qué? Pues porque la gente necesita que le cuenten de verdad qué está pasando en este mundo, cuáles son los grandes conflictos de todo tipo: raciales, culturales, sociales y, sobre todo, temas que a veces están pasando en el patio de atrás de casa, muy cercanos y de los que no somos conscientes. Yo creo que los documentales son probablemente lo que más me interesa a mí ahora, aunque yo lleve un festival como la Seminci, en el que hay de todo, tanto ficción como documental. Digamos que mi capricho personal son los documentales. Y aquí hay un magnífico nivel.
Háblenos de la Seminci: usted lleva ya catorce años como director…
Este año ya llevo quince, y cada vez hay más necesidad de ver un cine distinto. Estamos rodeados de cine espectáculo, de cine de entretenimiento; el cine de autor es ese cine que te cuenta la vida desde otro ángulo, que te desvela algo tan sencillo como los amores y los desamores, que te acerca a cosas que no te hubieras imaginado verlas así tan de cerca, con intimidad. Cuando a mí me preguntan “¿cuál es el principal elemento por el que te guías tú?”, yo digo que me guío por cuando una película me conmueve, en todos los sentidos, cuando me cuenta una historia que me conmueve porque no estaba preparado, no imaginaba el mundo visto de esa manera. Ese cine es necesario. Yo digo que festivales como el nuestro, que es de cine de autor, es un cine gourmet porque la mayoría de las películas, a no ser que ganen un premio, no las vamos a ver ni en los cines ni en la televisión; es un cine especial, que a la gente le gusta degustar, por eso lo llamo cine gourmet. En ese sentido, Seminci, que ya cumple sesenta y siete años, es un festival que siempre se autodenominó de autor, y la autoría es importante porque casi siempre coinciden el que ha hecho el guion y el director: es la misma persona, que lo imaginó y lo rueda, muchas veces con actores y actrices desconocidos, sin trucos, sin atajos, o sea, cine directo en vena, cine que conmueve.
¿Cómo están afectando a la industria del cine las plataformas de televisión?
Hombre, eso tiene una parte negativa, puesto que están acabando con los oficios de distribución y de exhibición. Se trata de hacerse con toda la tarta del negocio: “Nosotros producimos las películas, las colgamos, las exhibimos…”. Eso para mí es una pena, y la pandemia ha acelerado el proceso porque la gente se ha colgado a ver el cine en casa. Eso es muy desastroso y una ruina para los exhibidores, para los distribuidores y para los productores. Solo tiene una cosa buena: estas plataformas están ayudando a financiar, a producir y a posproducir a jóvenes directores, que antes no encontrarían dinero para lanzarse a las series de televisión o a hacer un largo, pero como las plataformas necesitan apostar a futuro por directores y series, están sufragando o comprando series y películas de chicos y chicas muy jóvenes y prometedores que empiezan.
¿Pero esos autores no quedarían secuestrados por las plataformas?
En cierto modo sí, pero a esa película de ese chico o de esa chica que ayudan a financiar le dan cuatro meses, una vez acabada, para que la lleve por festivales o en salas, y luego la cuelgan en la plataforma. Esa película de autor de un chico o una chica nueva, en el mejor de los casos, si la cogiera un distribuidor, la verían diez mil o doce mil personas, pero ahí la van a ver trescientas mil.