La clave para vencer la estrategia del odio a lo LGTB es que la gente empatice

La clave para vencer la estrategia del odio a lo LGTB es que la gente empatice

La Cinemateca Pedro Zerolo llega a un acuerdo con MiradasDoc para establecer una colaboración permanente con el festival isorano

Gerjo Pérez Meliá, director de la Cinemateca Pedro Zerolo, afirma que “para vencer la estrategia del odio la clave está en que la gente empatice con otras personas, porque en el fondo todo el mundo es bueno”. En este contexto, afirma que el cine es un arma muy potente para explicar la realidad del colectivo LGTB a aquellas personas que lo contemplan con miedo, un miedo “a algo que es desconocido”. La Cinemateca Pedro Zerolo y el Festival y Mercado Internacional de Cine Documental de Guía de Isora, MiradasDoc, han acordado establecer una colaboración a través de la cual en próximas ediciones se creará una sección o un premio dedicado al cine de temática LGTB. En esta entrevista, Pérez Meliá, histórico activista del movimiento, explica cuáles son las herramientas de la Cinemateca para allanar el camino de la tolerancia.

¿En qué consiste la colaboración que se va a desarrollar entre MiradasDoc y la Cinemateca Pedro Zerolo?
MiradasDoc es un festival de referencia internacional en el ámbito de cine documental, al que siempre hemos seguido y hemos admirado; de hecho, es un faro en el cine documental en España. Tuvimos el contacto con el director, David Baute, y vimos las posibilidades de colaboración que existen entre la Cinemateca Pedro Zerolo y MiradasDoc. Entonces, en esta primera edición hemos participado en un coloquio para hablar de cine LGTB, con la presentación de la película Sedimentos, de Adrián Silvestre. En un futuro estrecharemos los lazos y colaboraremos para que todo lo que tenga que ver con cine de esta temática y que esté incluido en el marco del festival sea una sección, o se cree un premio.

¿Cuáles son los objetivos y la filosofía de la Cinemateca Pedro Zerolo?
Es un proyecto que es una realidad –llevamos ya un año– y lo que intentamos es usar el cine como lo hacen ustedes aquí en MiradasDoc. El cine es una herramienta potentísima para educar, para sensibilizar, para abrir mentalidades, para conocer otras realidades, y eso sirve para transformar la sociedad y construir sociedades más justas, porque aprendemos que las realidades son muy diversas. En nuestro caso, que es la diversidad sexoafectiva, lo utilizamos como una herramienta de sensibilización. Son proyecciones todo el año, dentro y fuera de España; ya lo hemos hecho en África, en América, justo ahora estamos en Polonia y vamos a estar en China.

También tienen un acuerdo para hacer el mismo trabajo en Tenerife.
Sí, tenemos el apoyo institucional del Cabildo Insular de Tenerife. En un montón de municipios de la isla estamos haciendo proyecciones a lo largo de todo el año. En nuestra programación hay documental y películas de ficción. Y siempre intentamos que, además de hacer la proyección, luego se genere un espacio donde haya un encuentro, un diálogo, una reflexión en torno a la película, que es lo que nos diferencia de una proyección comercial.

¿Qué obstáculos han encontrado al hacer este trabajo en países conservadores como Polonia?
Es todo un reto porque, primero, la gente todavía piensa que el cine LGTB es cine porno, aún tienen esa mentalidad, que no sé por qué se asocia, porque el porno es un género totalmente respetable, pero lo nuestro es otra cosa. Cuidamos muchísimo la programación; son películas de esas que te dejan bien, que pueden reflejar realidades pero en el fondo son optimistas, que transmiten mensajes positivos para personas que tienen muchos prejuicios y mucho miedo a algo que es desconocido, lo cual puede llegar a generar odio. Entonces, para vencer la estrategia del odio la clave está en que la gente empatice con otras personas, porque en el fondo todo el mundo es bueno y no quiere que la gente sufra, que lo pase mal. Con las películas que se programan desde la Cinemateca lo que pretendemos es que alguien que pudiera tener algún miedo y que piense que eres diferente porque ames de otra forma vea que, bueno, pues claro que somos diferentes, pero nos merecemos los mismos derechos.

Y dentro de ese potencial del cine, del que usted habla, ¿qué capacidad cree que tiene el cine documental?
El cine documental es importantísimo porque siempre la realidad supera a cualquier tipo de ficción. Yo he visto documentales que tú dices: “El guionista más avezado no tendría la imaginación para que se haga una película como esa”. El documental hace que las personas, y también las que se están educando, los escolares, conozcan otras realidades, tengan una visión diferente del mundo, vean las complejidades de las sociedades en las que vivimos y puedan crear una forma de ver el mundo distinta que los haga ser más tolerantes, más respetuosos, que vean que vivimos en un mundo en el que todas las personas somos diferentes, pero todas merecemos acceder a los mismos derechos.

Usted es un histórico del activismo LGTB en España. ¿Cuánto cree que se ha avanzado en las últimas décadas?
Yo he vivido una evolución desde finales de los años ochenta hasta ahora y creo que es espectacular porque hemos conseguido cambios que nosotros mismos no nos creíamos, pues España venía de una etapa muy conservadora, con una sociedad muy injusta y muy intolerante, en la que cualquier tipo de diferencia estaba mal vista y si no eras como te marcaba la norma sufrías discriminación y a veces incluso agresiones. Tras muchos años de trabajo de activistas y de políticos, se consiguió construir una sociedad mucho más justa, diversa, tolerante, inclusiva; una sociedad donde todos y todas somos más felices, porque las personas LGTB han conseguido una serie de derechos que no van en retroceso de nadie, al contrario: van a favor de que todos vamos a vivir mejor y vamos a ser más libres y más felices. La aprobación de la Ley del Matrimonio Igualitario, en 2005 –que fue una ley pionera en el mundo–, nosotros, como activistas, no creíamos que lo íbamos a conseguir, pero en la actualidad hay personas de todo el mundo que eligen España para vivir como refugiados porque en sus países su vida peligra. Faltan cosas por hacer, como las referidas a las personas trans, pero nos tenemos que sentir muy orgullosos.

¿Y esos derechos están consolidados, o existe un riesgo de retroceso?
Como decía Pedro González Zerolo, los derechos se trabajan, se conquistan, y también se defienden. No podemos bajar la guardia porque hay también una ola de conservadurismo y de extremismos, que nunca son buenos para las sociedades, y tenemos que estar atentos porque igual que conseguimos derechos se nos pueden quitar.

¿Cómo cree que ha de tratarse el acoso escolar a personas LGTB, con un escenario que se ha trasladado a las redes sociales?
Es un tema preocupante el del acoso escolar hacia cualquier tipo de persona que es diferente. Quizá ahora es un fenómeno que puede ser más conocido porque se hace a través de las redes sociales, el WhatsApp, las tecnologías, pero siempre ha habido acoso en las escuelas hacia la persona que es gorda, hacia la persona que es de otra etnia, al que tiene pluma, al que es afeminado, al que piensa diferente. Ahora tiene más impacto y es una realidad que nos preocupa, que queremos cambiar, y una forma de cambiarla es precisamente el cine. La clave está en que los agresores se pongan en el lugar de la víctima, porque todo son risas, cachondeos, formar parte de un grupo que está en manada acosando, pero de forma individual no se ponen a reflexionar en lo que esas acciones están ocasionando en la víctima. Si tú se lo muestras, por ejemplo, con una película, y ven las consecuencias que tiene, es una forma potentísima para frenar el acoso. De nada sirve que nosotros vayamos a los centros educativos a dar charlas con la policía y que se diga que el ciberacoso es un delito. Te escuchan y puede que alguien cambie, pero la realidad no se transforma desde el miedo ni hablando de delitos, sino convenciendo de que lo que se está haciendo no es algo bueno. Para que el alumno interiorice esa transformación, le pones una película, él ve las consecuencias que tiene y se pone en el lugar de la víctima; entonces, él solo va a tomar la decisión de no seguir haciendo eso.

MiradasDoc celebra su quince aniversario. ¿Qué opinión le merece el festival?
Lo primero es darles las felicidades porque MiradasDoc es un festival que es un referente internacional, y en España está en el top ten de los festivales de cine documental; si no es el más importante, es uno de los más importantes. Creo que en estos quince años se ha convertido en un proyecto muy sólido y que es necesario que siga otros quince y quince y quince años más porque el mundo siempre va a estar en continuo cambio y movimiento, y que desde Miradas se puedan hacer esas miradas que sean transformadoras es algo muy necesario y muy valioso.

 



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