02 Feb Dos proyectos en fase de edición participan en el taller Debut Wip, un asesoramiento sobre el montaje final
El montador Manuel Muñoz, coordinador del laboratorio, afirma que “las películas documentales se escriben en la sala de montaje”
Las dos películas que pasan por el taller proceden de Uruguay y de Chile
Dos películas latinoamericanas participan este año en el taller Debut Wip, consistente en una semana de asesoramiento sobre el montaje final, que el Mercado Internacional de Cine Documental de Guía de Isora MiradasDoc pone a disposición de dos proyectos que se encuentran ya en la fase de edición. Este año los trabajos elegidos han sido La fábula de la tortuga y la flor, de Uruguay, y Al sur del invierno está la nieve, de Chile. El laboratorio está coordinado, por tercer año consecutivo, por el experto montador Manuel Muñoz, que destaca la radical importancia de esta fase de la producción: “Las películas documentales se escriben en la sala de montaje”, afirma.
El objetivo del taller es prestar durante una semana un asesoramiento sobre lo que podría ser el montaje final de la película, así como sobre los errores y deficiencias que Muñoz, como especialista en edición y en su condición de espectador externo que no ha participado en el rodaje, puede detectar para conseguir mejoras en el resultado final del documental. En relación con esto, tanto la directora de La fábula de la tortuga y la flor, Carolina Campo, como el de Al sur del invierno está la nieve, Sebastián Vidal, coinciden en lo valioso que está resultando el trabajo mano a mano con Muñoz en el Festival MiradasDoc, por su capacidad de aportar una visión crítica, fresca y profesional del montaje que se había hecho antes del comienzo del taller.
Carolina Campo asiste al laboratorio junto con el montador de su película, Guillermo Madeiro. Ambos consideran una oportunidad irrenunciable el poder pulir los aspectos menos deseables del montaje con la colaboración de Muñoz. El proyecto uruguayo gira en torno a dos mujeres que exploran el sentido de la vida con la enfermedad y la muerte como telón de fondo.
Por su parte, Sebastián Vidal viene acompañado del montador Pedro Abarca para perfilar el montaje final de un documental que recorre la región más austral de Chile, en medio de una naturaleza tan cruel como sobrecogedora, donde un puñado de pobladores, junto a sus perros y su ganado, sobreviven en un territorio cada vez más hostil, pero bello a la vez. El evocador título de la cinta, recuerda el director, es un fragmento de un poema del chileno Rolando Cárdenas.
Fortalezas y debilidades
Muñoz explica que el laboratorio Debut Wip consiste en tener, durante una semana, unas sesiones con los directores de dos películas que se encuentran en fase de montaje para tratar de identificar cuáles son las fortalezas y las debilidades de la película, y abrir posibles vías de exploración narrativa que quizá todavía no se han trabajado lo suficiente. Este trabajo es fundamental para la consecución del proyecto, pues “las películas de no ficción o documentales se escriben en la sala de montaje; generalmente son películas que no tienen un guion, y ese guion se encuentra en la sala de montaje. Entonces, hay múltiples maneras de montar ese material, y es interesante que en algún momento del proceso haya una mirada externa, una mirada más objetiva, fresca, no contaminada por el desgaste del rodaje, por las frustraciones que haya podido haber durante el rodaje, una mirada no condicionada que ve el material”, afirma el coordinador.
“Mi rol –añade– es ese: tratar de identificar dónde es más débil la película, dónde es más fuerte, dónde es más frágil, y cuestionar el trabajo que vienen haciendo los directores para que ellos se afirmen en aquello que sí es convincente y que duden. Es hacerles dudar, hacerles identificar cosas que están funcionando, hacerles dudar acerca de aquello que no está funcionando tan bien, y ellos tienen entonces la oportunidad de ver su propio trabajo desde otra perspectiva”.