Premios /Prizes
Premio Nacional de Cinematografía (2001), España
National Prize of Cinematography (2001), Spain
Exposiciones / Exhibitions
“Las mujeres que no conocemos”
52 Bienal de Arte de Venecia (2007)
CCCB – Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (2008)“La dama de Corinto”
Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente
(2010-2011)
La sexta edición de MiradasDoc otorga el Premio Mirada Personal a José Luis Guerín. Cineasta heterodoxo que ha convertido la investigación del tiempo de las imágenes en una reflexión alrededor de la cual gira toda su obra. Ese tiempo en el que se esculpe según Tarkovski y que es la obsesión de los autores que trabajan desde el lenguaje cinematográfico. Esas imágenes en el tiempo constituyen la base del cine documental, la memoria del que Sartori definió como un Homo Videns, un cine en el que Guerín ha dejado algunas de las obras más valiosas de la cinematografía de este país en las dos últimas décadas.
Con la vocación de huir de los estereotipos, mostrando elementos aparentemente sencillos, Guerín nos acerca a detalles que pueden aportar una emoción única a través de afinados encuadres, de matriz pictórica, en la mayor parte de su obra. En sus más recientes películas, que afortunadamente podrá disfrutar el público de MiradasDoc, Guest (2011) y Correspondencia con Jonas Mekas (2009-2011) Guerín ha derivado hacia una mayor espontaneidad, hacia un cierto amateurismo intencionado, aportando un mayor grado de subjetividad en las acciones que narra. Se adentra en el género epistolar, con una serie de cartas filmadas que van dirigidas al director de cine independiente por antonomasia, Jonas Mekas, y en el diario íntimo audiovisual, una especie de libro de viajes alrededor del mundo de los festivales de cine. Es en esos márgenes de la cinematografía donde se adentra la obra de Guerín, independientemente de que ya desde la crítica literaria más convencional se denostara este género como elemento exógeno, fuera de los bordes de lo literariamente aceptable.
La obra de José Luis Guerín es una reflexión desde las fronteras que separan la ficción del documental, lo artesanal de lo industrial, la imagen íntima propia de filmaciones caseras de la proyectada en una sala cinematográfica, lo personal de lo social. Aquello que se encuentra en los márgenes del canon ha llevado a Guerín desde la investigación metacinematográfica de una obra producida por el Hollywood más clásico hasta el diario filmado de viaje en Guest (2011), el trabajo más personal – tomando como personal algo íntimo, único, propio y casi inconfesable – del cineasta hasta hoy. Así, en su narración podemos apreciar las interioridades de imágenes rodadas en espacio público. Y la exteriorización de imágenes del ámbito privado.
En Guest, se ve favorecido por ese estatus que el invitado posee dentro de festivales celebrados alrededor del mundo para la creación de una red de vivencias, un diario audiovisual dentro de ese mundo paralelo de alfombras rojas, brillantes premios y flashes que pretende encontrar un hilo que una las experiencias vividas en las diferentes ciudades donde es invitado para presentar una de sus obras, En la ciudad de Silvia (2007). Pero antes, el viaje a Irlanda o a Normandía también se revelan como una de las claves para entender su visión de cada historia.
El espacio sacralizado que nos descubre en Innisfree (1990) concibe el lugar de rodaje de The Quiet Man (John Ford, 1952) como un espacio de recuerdo, de memoria, que deja huella en generaciones posteriores, que ven su pasado representado en una ficción y que lo interiorizan como algo propio. Resulta maravillosa la reconstrucción memorística de un espacio, una casa, in situ, por los niños de la época convertidos en adultos. Los niños de ese Innisfree de Guerín parece que ven en los personajes a antiguos moradores de la comarca. Cuentan la trama en primeros planos a modo de la clásica entrevista documental. Entre otras piezas narrativas, cuentan la de la iglesia, lugar donde John Wayne ofrece agua bendecida de su mano a Maureen O´Hara. Curiosamente en el mismo año que Luis Buñuel repetía esa idea en México durante el rodaje de Él (1952), la idea de la conquista varonil dentro de una iglesia con un elemento sagrado ofrecido de forma pecaminosa, con un contacto carnal. Roza el documental etnológico con esos planos cerrados. El rostro humano es protagonista, el retrato de ese lugar queda plasmado para la posteridad también a través de sus gentes.
La idealización de la nobleza y de la inocencia de un lugar y de sus habitantes reside tanto en la obra de Ford como en la de Guerín, ese concepto también se expresa a través de los niños de Innisfree.
La silla vacía de John Ford como reverencia al director de origen irlandés que concibiósu obra como un elogio a su lugar de procedencia. La silla con el nombre del director es una señal de propiedad. Ese espacio al ser filmado para a ser posesión del director. Primero lo fue de Ford, ahora Innisfree también pertenece a Guerín.
Existe una cierta nostalgia por el tiempo pasado en la obra de Guerín. Un romanticismo que impregna de forma evidente tanto Tren de sombras como Innisfree. Nostalgia de un presente que siendo filmado pasará dejando una huella, creando un legado del espacio filmado dentro del universo de las imágenes registradas. La idea de una segunda filmación que recoja esas sombras y las reinterprete, esta vez de forma intencionada, se asoma en ambas obras. En toda la obra de Guerín podemos apreciar una fluidez enorme entre imágenes y sonidos de tiempos distintos.
La superposición de diálogos del film de Ford que hablan del espacio geográfico de la comarca sobre imágenes del ventoso Innisfree de 1990 unen un mismo espacio en dos tiempos distintos, el de la imagen y el del sonido del film. Son ecos de un falso pasado que los habitantes han interiorizado como propio, como unos antiguos vecinos, familiares cercanos. El viento parece traer ese pasado hasta el espectador.
Las sombras de esos personajes atrapados en celuloide, por siglos, los que fueran actores se convierten en fantasmas al igual que los nuevos habitantes de ese espacio del universo cinematográfico llamado Innisfree. Esos niños entrevistados que envejecerán o los ancianos que recuerdan a Ford, Wayne y O´Hara que hoy ya probablemente falten en el Innisfree de nuestro tiempo, en nuestra dimensión, pero que convivirán para siempre en el film de 1990 y en nuestra memoria colectiva yacerán junto a Wayne y O´Hara.
Existe en la obra de Guerín una lucha entre memoria e historia, entre ficción y documental, entre cine clásico y cine contemporáneo. En esa frontera difusa de géneros que campea en su obra documental En construcción tiene elementos que la relacionan con Barrio (Fernando León de Aranoa, 1998) como Innisfree o Tren de sombras los puede tener en común con El sur (Víctor Erice, 1983).
Recuperación de imágenes y sonidos para el presente (en Tren de sombras o Innisfree como una especie de arqueología fílmica) de forma directa este descubrimiento del pasado se materializa en las obras del Chino de Barcelona. Guerín escarba en imágenes para extraer significados ocultos, enterrados en la arena del tiempo. Además se crionizan gestos y palabras (las “cosas vistas y oídas”) en el barrio. La filmación implica muchas horas donde las imágenes dictan una senda a seguir.
La de Guerín es una mirada frontal, paciente y atenta. La no intervención en la realidad, el posicionamiento de una cámara no intervencionista que espía acciones y reacciones para descubrir lo extraordinario dentro de lo cotidiano. Un gesto, una imagen, una frase o una mirada. Descubrir la belleza de lo fugaz, de ese instante impreso en la película directamente desde las luces que conforman la realidad. Detalles que pasan inadvertidos por la premura de otras miradas.
Es la arqueología de nuevo la que nos transporta en la historia del cine a otro hallazgo de los años cincuenta en Italia, durante el rodaje de Viaggio in Italia (1953), cuando se encuentran en Pompeya los cuerpos momificados de una pareja y Rosellini pide filmar la reacción de Ingrid Bergman y George Sanders. En los vecinos del chino podemos encontrar similares gestos ante los restos de personas enterrados a sus pies. “Life is so short” dice Bergman. La resonancia de sus palabras llegan sin pretenderlo hasta el barrio chino, en un cinematográfico diálogo sordo entre obras a las que separan poco más de medio siglo.
Podemos hallar en su cine la poética de imágenes desnudas, quietas, pacientes a la espera de ser recuperadas. Objetos vaporosos que se desvanecen, se funden con otras imágenes, representando un mismo espacio en un tiempo distinto.
Personas que se convierten en sombras al filmar y ser filmadas. Todo el cine de Guerín contiene esa pesada carga del Ubi sunt? Esa especie de cápsula del tiempo de cada obra filmada es una polisémica huella dejada para futuras generaciones dentro de cada imagen. Con varias posibles historias dentro de cada personaje representado que ramifica las lecturas del film.
Lo pasado, lo perdido, lo recuperado. Todo esto gravita en el cine de Erice y es de todo esto de lo que se nutre el cine. Del tiempo recuperado. Revisando Innisfree, Tren de sombras y En construcción nos damos cuenta de la importancia de la recuperación de memorias filmadas. Del valor artístico del tren que pasa ante los protagonistas que saludan. De la primera filmación de un tren o de su representación ficcional. De la ingenuidad y de la pureza de las imágenes simples y todo lo que pueden evocar en nosotros, en nuestras propias memorias. En lo que queremos creer.
MiradasDoc ve en José Luis Guerín un autor de referencia dentro del cine documental por su investigación del lenguaje fílmico, por las nuevas vías que abre su cine para el género y por los ecos que aporta cada una de sus obras dentro de la cinematografía contemporánea. Es por ello por lo que se le concede el Premio Mirada Personal 2011, por una trayectoria única dotada de una de las miradas más profundas del panorama cinematográfico actual.
Los motivos de Berta (1985)
Innisfree (1990)
Tren de sombras (El espectro de Le Thuit) (1997)
En construcción (2001)
Unas fotos en la ciudad de Sylvia (2007)
En la ciudad de Sylvia (2007)
Guest (2010)
Dos cartas a Ana (2010)
Correspondencia Jonas Mekas – J.L. Guerin (2011)
Recuerdos de una mañana (2011), Jeonju Digital Project, Corea del Sur