Premio Mirada Personal 2006

PATRICIO GUZMÁN

Patricio Guzmán

BIOGRAFÍA

 

Hablar de Patricio Guzmán es hablar de cine documental. Pero también es hablar de militancia, de compromiso, de trabajo incansable por recuperar la memoria de la historia reciente de Chile. La lucha contra la amnesia en la que se pretendió sumir al pueblo chileno le convierte en un guerrillero de la imagen. Sus armas son la mirada inteligente, miles de metros de película y su voz, esa voz propia y eternamente crítica que nos regala en cada documental.

 

Ya en 1977, el desaparecido Manuel Vázquez Montalbán escribía una acertada reflexión a propósito de La Batalla de Chile: “Si en mi mano estuviera, yo declararía “La Batalla de Chile” película de “interés democrático” y obligaría a que se utilizara como material escolar”. Y es que desde entonces, desde aquella trilogía épica en la que todo un pueblo opone resistencia a la barbarie, Guzmán ha llevado a cabo una nueva forma de entender, reflexionar y asimilar la historia.

 

En 1972, con unas latas de película cedidas por el documentalista Chris Marker, un grupo de jóvenes cineastas llamado Equipo Tercer Año y liderado por Guzmán, comenzó a rodar en 16 mm. el material que finalmente, y tras innumerables vicisitudes, se montaría en La Batalla de Chile. Tras año y medio de trabajo, y tomado el poder de forma ilegal por la Junta Militar, las latas tuvieron que ser sacadas del país clandestinamente y los miembros del equipo emprendieron el camino del exilio, a excepción del operador y director de fotografía Jorge Müller, detenido y desaparecido para siempre como tantos otros chilenos víctimas de la barbarie. Gracias a la colaboración del ICAIC en Cuba se pudo montar la película.

 

Desde la archiconocida trilogía, la lucha contra la amnesia política y la obsesión por esclarecer los hechos ha estado estrechamente ligada al desarrollo de la carrera fílmica de Guzmán. La misma temática es tratada de diferentes formas que marcan la madurez del cineasta.

 

En 1985 Guzmán viaja a Chile para rodar En nombre de Dios, un excelente film en el que muestra la lucha activa de la Iglesia Católica  y los teólogos de la liberación contra la dictadura. En 1996 vuelve a la carga con Chile, la memoria obstinada. Con las cintas de La Batalla de Chile en la mano, Patricio Guzmán recorre los escenarios del conflicto buscando a algunos de los protagonistas del momento y desvelando la historia, poniendo pruebas a un pueblo al que, desde el poder, se le ha programado la amnesia. La película deja ver el enfrentamiento entre una generación que es incapaz de borrar los recuerdos de un triste pasado y otra, joven, que ha sido educada para no recordar.

 

En El Caso Pinochet, la tragedia de Chile que nos viene contando Guzmán desde sus primeros documentales adquiere una nueva dimensión cuando aparecen las víctimas, los familiares de los torturados y desaparecidos que, después de 25 años son escuchadas por la justicia. Más allá de los resultados de los procesos abiertos por los jueces Garzón y Guzmán contra el ex dictador, este documental constituye un verdadero juicio moral, ante la humanidad, contra las atrocidades cometidas por los orquestadores de la Operación Cóndor.

 

La batalla final de Guzmán, esa batalla contra la amnesia de la que venimos hablando, llega en 2005 con Salvador Allende, retrato que va más allá de la simple biografía para convertirse en un relato íntimo del realizador y sus recuerdos e ilusiones con la revolución chilena, una revolución pacífica, democrática y socialista.

 

Pero la praxis cinematográfica de Patricio Guzmán ha seguido también otras líneas temáticas en las que igualmente ha demostrado talento y entrega decidida al género documental. Para el chileno, la no ficción es “un trabajo tenaz, hermosísimo, que da muchas más satisfacciones que la ficción. Es un trabajo político, creativo, profundamente artístico, lleno de libertad y situado frente al goce de la realidad. No hay espectáculo más extraordinario que la realidad”. Con esta pasión por la realidad se sumerge en mundos como la profunda religiosidad de América Latina. Desde los ritos indígenas a los teólogos de la liberación, pasando por los cultos sincréticos de origen africano, Guzmán da un paseo por la espiritualidad del pueblo latinoamericano.

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