03 Feb ÁFRICA Y LA DAMA DE LA ANTORCHA
A Story From Africa / Billy Woodberry (32´)
¿Cuántas miradas caben en África? A Story From Africa nos ofrece la lentitud imprescindible para que nuestros ojos se detengan en los ojos de los esclavos y los colonizadores portugueses que ocuparon Angola después de la resolución de la Conferencia de Berlín de 1884 – 1885. Esa lentitud, precisamente, inicia el juego hacia una reflexión en la que las imágenes nos confrontan para ofrecernos el lado oculto del archivo fotográfico (2.374 imágenes) de Velloso de Castro, militar luso destinado a Angola a principios del siglo XX. La tradición cinematográfica, cuyos medios han sido históricamente regulados por naciones en apariencia desarrolladas, da cuenta de los sesgos interpretativos, marcados por la brutalidad colonial y por la visión occidentalizada que forzó la figura del salvaje para hacer de él un ser que debía aceptar las bondades de la Ilustración, ya que se presuponía, desde el corolario de ideas que dieron pie a la Revolución Francesa, que en todo ser humano se encuentra la querencia, aunque sea inconsciente, de ser culto, libre y poseedor de derechos y tradiciones. Nada más alejado de la realidad. Billy Woodberry se apodera del cine, usa sus medios patentados por, digámoslo así: el hombre blanco, y ofrece una ironía, una paradoja con la que revisa y nos obliga a revisar la partición de África. Una historia de coacción y traiciones que el ejército portugués llevó a cabo sobre el pueblo cuamato en 1907 en el sur de Angola y que las fotografías, en su momento, retrataron con la intencionalidad básica de un fotógrafo colonial, sin denuncias. A través de la historia de Calipalula, que no es otra que la historia de los aborígenes reprimidos y coaccionados para luchar contra su propio pueblo (pienso en Añaterve, el mencey que se vio obligado a pactar una rendición pacífica con los colonos castellanos), Woodberry genera la conciencia, mediante la exposición de la imagen encontrada y el sonido que bascula entre atmósferas electroacústicas y percusiones ancestrales, para que en la sala de proyección nos quedemos solos frente a las miradas de los fantasmas. Son ellos los que ahora nos observan desde un tiempo ralentizado y un espacio en blanco y negro, sepia, deteriorado como el recuerdo mismo de la historia. Billy Woodberry conoce la experimentación audiovisual, el mal llamado cine de museo (esta obra encajaría de modo idóneo en una sala de arte). En A Story From Africa se distancia estéticamente de sus obras anteriores como Bless Their Little Hearts para construir un escenario inmóvil y sencillo que sirve para que ellos, los nativos angoleños, ahora nos recuerden lo que hemos hecho; el rosario de crímenes de lesa humanidad que nuestro estado de bienestar ha requerido para que hoy su existencia sea incuestionable en la pequeña parte de civilización que nos ha tocado vivir. Las películas de Billy Woodberry parecen susurrar el poema de Emma Lazarus (reproducido una y otra vez por la maquinaria de la mercadotecnia hasta transformarlo en eslogan y souvenir sin trasfondo) que, al pie de la Estatua de La Libertad, pone voz a la dama de la antorcha: «Give me your tired, your poor, / Your huddled masses yearning to breathe free, / The wretched refuse of your teeming shore. / Send these, the homeless, tempest-tost to me, / I lift my lamp beside the golden door!»
SERGIO BARRETO