01 Feb CENTURY OF SMOKE
Century Of Smoke / Nicolas Graux (90´)
22:00 h. Sala 1
Viajemos a los tiempos de los fumaderos de opio. Instalemos nuestros sentidos en los salones que salpicaban Asia y Occidente y pensemos en la importancia que alcanzó ese polvo extraído de las adormideras para que entre 1839 y 1842 tuviera lugar la Primera Guerra del Opio, un conflicto anglo-chino suscitado por el endurecimiento de los controles por parte del Imperio chino a los traficantes británicos. Esta guerra desembocó en el Tratado de Nankín, en el que los británicos, ostentando la voluntad de vencedores, exigieron que el emperador aceptara las condiciones para la paz. El opio, como cualquier droga, no es sólo un caldo de cultivo para artistas visionarios, sino que, en cuanto a la demanda que propicia, es un producto. El documental Century of Smoke dirigido por Nicolas Graux nos sitúa en una aldea de Laos. Aparecen montañas neblinosas y, a continuación, un hombre joven tumbado que fuma una enorme pipa de bambú. Este joven padre drogadicto es el eje que vertebra la película. La escena es actual. La actualidad derriba cualquier atisbo de esas estampas decadentistas del XIX y desvanece el humo cautivador. La comunidad de esta aldea basa su economía en el cultivo del opio y posee una tasa de adicción muy alta entre los varones. A esta problemática se le une el miedo a que el Estado intervenga y les prohíba la base de sus sustentos. La familia debería irse del lugar y construir una nueva vida, pero el sopor y la pasividad del joven laosiano son obstáculos. La mujer, la madre y los hombres mayores tratan de aleccionarlo con nobleza, pero él reacciona posicionándose en actitud defensiva. No obstante, el hecho de que haya un juicio crítico en la familia, estancada en la precariedad, significa que existe una noción de la circunstancia y, por lo tanto, esperanza para que se resuelva de algún modo. Aunque nos encontramos en una sociedad agrícola, donde las mujeres se enfrentan a innumerables y despiadadas dificultades, el sentido de rechazo a la situación por parte de la esposa obliga a alumbrar una estrategia de cambio. El adicto no lo admite. Ni siquiera muestra amor hacia su mujer. Confiesa que se casó con ella porque necesitaba a alguien fuerte y preparada para el campo. El joven padre roba, hace negocios turbios o, sencillamente, se tumba en su camastro con la mirada perdida, subyugado por el maná del infierno. El ambiente es triste y neblinoso, transparenta la dificultad de los pueblos aislados que no pueden transformar su monocultivo en otro ni cesar la actividad porque, sencillamente, morirían. Este primer largometraje de Nicolas Graux, de producción franco-belga, demuestra la capacidad de una mirada lenta y minuciosa para introducirse en un mundo lejano y concreto y mostrarlo sin efectismos, pero sí con recursos rítmicos y testimoniales que conmueven por su paciente absorción de detalles. Una mujer que llora mientras expresa, en una amarga letanía, su desengaño: «Esta no es la vida que esperaba», dice antes de escupir en el suelo de polvo. Graux ha dirigido también los cortometrajes La colonie plate (2013) y After Dawn (2017), cortometraje reconocido en Angers Premiers Plan, Sarajevo Film Festival, TISFF Thessaloniki y FIFF Namur.
SERGIO BARRETO