AÏDA LA BOUCHÈRE

Aïda abre su cantina, coloca su carne y su equipo de trabajo, corta, deshuesa y atiende con paciencia la llegada de sus clientes habituales y los desconocidos. Su trabajo es una herencia de su familia. La venta de carne es una actividad practicada por los hombres, pero Aïda persigue, con toda la fuerza física que esa actividad demanda, el camino de sus parientes.