28 Abr Un Informe Robinson sobre Michael Robinson
Casi desde el inicio de su andadura MiradasDoc quiso premiar —desde la más modesta de las opciones, pero también desde el mayor rigor posible— a aquellos programas de televisión que, a partir del trabajo con la realidad, eran capaces de construir formas y lenguajes nuevos. La idea era que, desde un festival pequeño y con toda la humildad, se destacara el riesgo en el trabajo, la calidad formal y la avanzadilla de lenguaje en un campo tan difícil para la innovación como lo es la televisión generalista. Así, habíamos premiado el sello Dok de Canal +, los programas documentales de TV3, las primeras incursiones en el documental de urgencia de Jon Sistiaga, el programa Al filo de lo imposible —que vino con Edurne Pasabán en su año de ochomiles— o, ejemplo de ejemplos, el departamento de documental de la BBC. Y luego vendría el Salvados de Jordi Évole o el Striptease de la televisión belga.
En esa búsqueda, nos parecía que Informe Robinson estaba en esos momentos —hablamos del año 2011–, transformando las maneras de contar el deporte en la televisión española. Cada uno de esos programas enseñaba historias contadas con sensibilidad, originalidad y humanidad, independientemente de que se hablara en ellas de grandes leyendas o anónimos pioneros de prácticas minoritarias. Invitamos al programa, y a su director, a visitar Guía de Isora para recibir el homenaje del festival. Y la fina elegancia, la aguda inteligencia y la admirable capacidad conversadora de Michael Robinson dejó una honda huella entre nosotros. Con Eduardo Galeano y JuanMa Lillo protagonizó una memorable mesa redonda sobre fútbol y sociedad.
En la presentación de la muestra que MiradasDoc organizó sobre el programa le hicimos ver que, en cierto modo, su propia historia, la historia de Michael Robinson, era un ejemplo de aquello que el programa deseaba mostrar en cada entrega: la capacidad del ser humano para ser muchas cosas distintas, para disfrutar de la vida a través de una idea muy deportiva: ofrecer, siempre, lo mejor de uno mismo. Quizá venga ahora el momento de rodar un Informe Robinson sobre el futbolista, el narrador, el documentalista y el informador Michael Robinson. Sería un hermoso colofón.