Presentación
La revolución tecnológica que se ha producido en el mundo occidental a lo largo de las últimas tres décadas —y especialmente a partir de la década de 1990— ha traído consigo una serie de cambios sociales y culturales cuyo análisis y dilucidación se ha convertido en uno de los retos fundamentales del ser humano en la actualidad. Vivimos actualmente en una de las formas más complejas que ha adquirido nunca el mundo: globalización, neoliberalismo, ecología, geopolítica, neoimperialismo, cooperación son sólo algunos conceptos que permiten imaginar los nuevos espacios por los que transita el hombre en un despliegue en el que en muchas ocasiones no hay lugar para la reflexión y el análisis.
De manera paralela, sin embargo, en un momento en el que la enorme capacidad para la difusión de los discursos cercanos al poder parece amenazar la capacidad enunciativa de los individuos, la misma tecnología que ha permitido la creación de una versión "oficial" del mundo, ha traído consigo una inusitada democratización de los medios de producción de comunicación, y con ello, formas alternativas y muy válidas de interpretar, reflexionar y analizar el mundo contemporáneo. Así, en un espacio como el occidental, en el que se ha aspirado a la creación de una llamada cultura de la imagen, se han producido acciones encaminadas a sustituir esos códigos arbitrariamente manipulables por verdaderos lenguajes virtuales capaces de poner en evidencia las mecánicas a partir de las cuales se ha estructurado una visión unitaria del mundo.
Las estrategias han sido múltiples, y muchos grupos de ciudadanos han desarrollado sistemas de comunicación, aliándose con las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías para dejar testimonio tanto de lo que se ve como de lo que no se ve. En ese espacio no parece casual el auge de uno de los géneros cinematográficos más antiguos y de más probada eficacia: el documental, que podríamos definir como el esfuerzo de un grupo de ciudadanos por contar el mundo —una parte del mundo— utilizando los medios de los que disponen y con el único objetivo de dejar testimonio de lo que fueron capaces de ver. El "documento" y los "documentalistas" se han convertido en una suerte de "ojo" alternativo a través del cual puede verse "otro" mundo en el mundo.
En este contexto de pensamiento y reflexión sobre la imagen y el género documental es en el que quiere integrarse un festival como MiradasDoc. En cada una de sus ediciones MiradasDoc, que es un proyecto de índole internacional, desea reflexionar sobre el género, sobre la imagen, sobre los nuevos lenguajes virtuales, publicar guiones, hacer reseñas críticas, entrevistar a los principales animadores de esta forma de expresión y sobre todo conocer la actividad de los documentalistas del llamado tercer mundo, pues probablemente sean ellos2 los únicos que pueden ofrecer un testimonio adecuado de lo que sucede en sus países.
En esta segunda edición de MiradasDoc, abrimos las puertas a jóvenes estudiantes a través de EnseñanDoc, para que encuentren en las proyecciones programadas, un modo de formarse como ciudadanos. Hoy en día la educación no puede quedarse en la mera transmisión de elementos teóricos, también hay que transmitir actitudes y valores cívicos positivos. Y en ese marco, MiradasDoc ofrece a los jóvenes estudiantes, herramientas para que desarrollen una cultura política, una participación activa, responsable y crítica en la vida pública, unas actitudes y valores como: la tolerancia, la justicia social, la igualdad, los derechos humanos, la solidaridad, la participación, la dignidad humana… que ayudarán a convertirnos en ciudadanos responsables.
Este año EnseñanDoc presenta una selección de películas destinadas a jóvenes entre 15 y 18 años, que en sesiones matinales del 12 al 16 de noviembre acercarán a muchos estudiantes a un género cinematográfico diferente. Al término de la proyección, tendrán un encuentro con el director y con un protagonista de la película, lo que enriquecerá aún más esta experiencia.