Brasil es un país marcado por un racismo muy particular. A diferencia de los países donde había leyes segregacionistas, aquí los prejuicios raciales siempre se han disfrazado de una supuesta democracia racial. En la post abolición de la esclavitud, el país ha pasado a caminar hacia la llamada ideología de blanqueamiento, cuyo objetivo era menos el blanqueamiento genotípico y más el fenotípico de la población.